En Argentina hacen falta 1.114.000 viviendas nuevas. Tejido en la voz

El déficit habitacional refleja una situación compleja, que involucra la falta de viviendas y la baja calidad de las existentes.

Por: Norman Berra

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El déficit habitacional en Argentina afecta a millones de familias y no se trata sólo de las más de 1.114.000 casas que faltan sino también de la calidad de las ya existentes. De los 3,24 millones de hogares en situación de déficit habitacional, más del 64% requiere de mejoras importantes para alcanzar un estándar digno de vida.

El diagnóstico surge del último informe publicado por la Fundación Tejido Urbano, que divide el déficit en dos grandes categorías: el cuantitativo (la falta de viviendas) y el cualitativo (viviendas que existen, pero necesitan arreglos). Ahí reside el nudo del problema: en Argentina, el déficit cualitativo es el más fuerte. Así, no sólo es necesario construir nuevas casas, sino también trabajar en las que ya existen para mejorar la vida de sus habitantes.

Un punto crítico es el hacinamiento: en muchas viviendas viven más personas de las que deberían, lo que afecta la calidad de vida y es común en zonas donde el mercado de alquiler es limitado. En áreas rurales, el acceso a servicios básicos sigue siendo un problema central, mientras que en las urbes el desafío pasa por mejorar la infraestructura de las viviendas para que sean seguras y cómodas.

Contexto y desafíos

No se trata de un problema exclusivo de Argentina. En América Latina, la falta de viviendas adecuadas es una constante. Según un informe de la Unión Interamericana para la Vivienda, la región arrastra un déficit de casi 70 millones de viviendas. En países como Brasil y México, el déficit es alto debido a sus grandes poblaciones, pero aún en países con menos habitantes como Bolivia o Chile el déficit cualitativo es una constante.

“Para enfrentar el déficit habitacional en Argentina se necesita más que construir nuevas casas. También es fundamental mejorar las viviendas ya existentes para asegurar que todas las familias puedan vivir con dignidad. Cada vez es más evidente que el desafío pasa por tomar medidas que vayan más allá de los números, para realmente mejorar las condiciones de vida y responder a las necesidades de millones de personas en el país”,

afirmó la fundación.

Diagnósticos concurrentes

Recientemente, el economista Gastón Utrera destacó en el Segundo Foro de Desarrollismo y Construcción Proyectar Córdoba que se necesitan políticas urgentes que aborden el déficit habitacional y que se requieren 12 puntos del producto interno bruto (PIB) para satisfacer la demanda de la clase media. Se estima que en Argentina una de cada tres personas no cuenta con una vivienda adecuada, lo que equivale a millones de familias viviendo en condiciones de hacinamiento, inseguridad y precariedad.

Además, 6 millones de personas carecen de algo tan esencial como un baño en sus hogares y 13 millones no tienen seguridad sobre la tenencia de sus viviendas, lo que las deja en una situación de extrema vulnerabilidad. Esa realidad se agrava en los barrios populares, donde siete de cada 10 vecinos están expuestos a graves riesgos ambientales, como la cercanía a basurales, el acceso a agua contaminada o la ubicación en zonas inundables.

Pero la crisis habitacional no termina allí. La mayoría de esos barrios populares no tiene acceso adecuado a transporte, a servicios de salud, a oportunidades de empleo o a establecimientos educativos. Esta desconexión de las necesidades fundamentales para el desarrollo humano perpetúa un ciclo de pobreza y exclusión social que afecta a generaciones enteras.

Estos datos se dan en un contexto social muy grave, teniendo en cuenta que hace pocos meses se dio a conocer que el 52,9% de la población vive bajo la línea de pobreza. En ese marco, las organizaciones Hábitat para la Humanidad Argentina, Módulo Sanitario, Mujeres 2000, TECHO y Vivienda Digna se unieron con un propósito claro: visibilizar la grave problemática habitacional que afecta a millones de personas en nuestro país, y durante todo el pasado mes de octubre trabajaron en conjunto para poner en el centro del debate público la realidad que enfrentan las comunidades más vulnerables y hacer un llamado urgente a la acción.

“Queremos movilizar a la sociedad civil, el sector público en sus distintos niveles, así como al sector privado que es fundamental para escalar soluciones, y a cada individuo desde su lugar para trabajar juntos en la construcción de respuestas concretas, porque creemos firmemente que el acceso a una vivienda adecuada es un derecho humano fundamental que debe ser garantizado. Instamos a todos los sectores a sumarse a este llamado a la acción”, destacaron las entidades en un comunicado.

En la misma línea, plantearon la necesidad de reflexionar y comenzar a construir las bases de un cambio real y duradero para que todos puedan ser parte de la solución: “Desde la incidencia política hasta el apoyo a programas de vivienda y mejora habitacional, cada esfuerzo cuenta. Reafirmamos nuestro compromiso con la lucha por un país más justo, donde cada persona tenga acceso a una vivienda digna. Es hora de actuar y de construir un futuro mejor para todos”, concluyeron las organizaciones.