La Crisis

Nociones Corales
19 octubre, 2020

Por Rafael Alvira para la Fundación Tejido Urbano

“El punto está en que esta crisis pandémica es solo un momento de agudización de una que no es superficial, sino de gran profundidad antropológica.”

Una movilización de personal sanitario en Madrid, protestando contra las medidas tomadas por el Gobierno en respuesta a la crisis del COVID-19.

Por Rafael Alvira¹

La crisis en la que nos encontramos es sentida por la mayor parte de la población, y muy en especial por los que se dedican a la economía, la política y la sociología, como una crisis de magnitud sin precedentes, que afecta a todos los ámbitos de la vida: economía, derecho, política, ética, religión y, de manera global, a la antropología y la ecología.

El lenguaje actual salta de la complejidad de una gran especialización a la facilidad de la divulgación, y se ha perdido en buena medida el pensar humanista, que es un modo de enfrentar los problemas de forma universal, fundamental y simbólica. Sin este modo de acercamiento metodológico, es imposible hacerse cargo de la realidad. Hoy día, en el mejor de los casos, se toman las ciencias humanas como sustituto del humanismo, pero ese recurso no puede de ningún modo solucionar el problema, a pesar del interés objetivo de las ciencias humanas.

La raíz profunda de la crisis está, como es bien sabido, en la unilateralidad del pensamiento moderno. Según él, hay que primar el futuro sobre el pasado, el tiempo sobre el espacio, el cambio sobre la estabilidad, el individuo sobre la familia, la libertad sobre la obediencia, la igualdad sobre la jerarquía, la emotividad sobre la racionalidad práctica, la desmesura sobre la medida, la espontaneidad sobre el orden, la opinión sobre la verdad, los resultados sobre los principios, la (presunta) creatividad sobre la naturaleza dada, el trabajo sobre la contemplación, la técnica sobre la filosofía, la publicidad sobre la interioridad.

Todos los elementos que subraya la modernidad están bien en sí mismos, pues no son modernos, sino naturales, pero se convierten en falsos al intentar absolutizarse, minusvalorando o incluso negando sus complementarios, que no contrarios, olvidando al tiempo la noción central de armonía. La consecuencia es que se intenta construir una figura tan recortada y disturbada de la persona y la sociedad que amenaza con su anulación.

El ser humano está constituido por una pluralidad de elementos y funciones diversas, armonizadas en la unidad de la persona; pero se trata de una armonía que exige un trabajo permanente de rectificar y potenciar, en orden a alcanzar a lo largo de la vida la forma perfecta que su ser le invita a alcanzar.

Platón decía que la falsedad se da cada vez que se saca una pieza de su lugar y se la absolutiza. Eso es lo que ha realizado, y continúa realizando cada vez con más empeño, la cultura moderna, la cual ofrece una visión unilateral, y por tanto distorsionada, de la realidad. Lo contrario de eso es, precisamente, la visión integrada y armónica, y es ella la que es preciso impulsar para dar soluciones de fondo –y no meramente coyunturales, como las que ahora se ofrecen– a la crisis.

Se pueden mencionar algunos puntos clave:

A) Hay crisis porque la familia, lugar de mantenimiento de la vida, de educación, de intimidad y de verdadera medida económica, se debilita bajo el peso del individualismo ambiental, económico y político.

B) Hay crisis porque con el menosprecio del pasado y de la herencia, se pierde el sentido de la responsabilidad y de la justicia.

C) Hay crisis porque se apuesta con fuerza a un futuro que estamos siempre lejos de dominar.

D) Hay crisis porque la ingeniería personal y social, sin respeto a la naturaleza dada, ha vuelto loca a la humanidad.

E) Hay crisis porque hoy reinan la emotividad, la opinión y la desmesura, y ese reinado es incompatible con la presencia de criterios claros que orienten la existencia.

F) Hay crisis porque la obsesión por la técnica ha olvidado el amor al saber y la formación humanística.

G) Hay crisis porque la disminución de la fe en Dios, sustituida desde la Ilustración por la fe en la Razón, genera cada vez más miedo a la muerte, hasta llegar a la histeria colectiva que vemos hoy con la pandemia.

Es bien posible que la crisis de esta pandemia quede solucionada, al menos en buena parte, dentro de poco tiempo. Por otro lado, ha habido siempre crisis en el mundo, y las seguirá habiendo, a pesar del optimismo progresista. El punto está en que esta crisis pandémica es solo un momento de agudización de una que no es superficial, sino de gran profundidad antropológica, y que no se va a poder solucionar con medidas tomadas desde un pensamiento que, precisamente, ha sido su productor.

La amenaza es, pues, la repetición de situaciones críticas, cada vez más difíciles de resolver, si no nos decidimos a cambiar las bases de la cultura hoy dominante.

Es bien posible que la crisis de esta pandemia quede solucionada, al menos en buena parte, dentro de poco tiempo. Por otro lado, ha habido siempre crisis en el mundo, y las seguirá habiendo, a pesar del optimismo progresista.
¹ Catedrático de Filosofía. Emérito en la Universidad de Navarra. Miembro fundador del Instituto Empresa y Humanismo (Universidad de Navarra), del que actualmente es vicepresidente. Es autor de diecisiete libros (propios o como editor y coautor) y más de trescientos cincuenta artículos de su especialidad.
Fotografías: ANRed, CC by 4.0, https://www.anred.org/2020/06/20/espana-mas-de-500-organizaciones-salen-a-la-calle-este-sabado-para-reclamar-un-plan-de-choque-social/ y Ajuntament de Barcelona, CC BY-NC-ND 2.0, https://www.flickr.com/photos/barcelona_cat/49933154123/in/album-72157714446240971/.