THE ECONOMIST: “La villa 31, aciertos y pendientes del proceso de urbanización que llegó a los medios británicos”
. Diario La Nación
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La urbanización de la villa 31 de Retiro llegó a Londres, a un prestigioso medio, que analizó el caso y lo comparó con otras políticas similares en la región. “El asentamiento solía tener una sola calle asfaltada. Al día de hoy, todas las calles están pavimentadas. En 2016, no existían escuelas públicas en el barrio y ahora hay tres. Desde 2019 llegan los colectivos y un banco abrió allí”, detalló The Economist en una publicación de la semana pasada que relata el proceso de integración iniciado en 2016.
Como ocurrió tiempo atrás con el modelo de Medellín, en Colombia, que fue el espejo de las políticas porteñas en la 31, también utilizado en otras ciudades, el caso argentino comienza a ser referencia cuando los resultados están a la vista. Durante los primeros años de la intervención las obras de infraestructura fueron subterráneas, pero ahora las mejoras están en la superficie, son tangibles, y se convierten en espacios públicos mejorados, calles asfaltadas, conexión a los servicios básicos, viviendas nuevas o mejoradas y escrituración.
¿Fue todo esto lo que sorprendió al medio londinense? El artículo titulado “La política de los barrios vulnerables de Argentina, uno de los pocos puntos alentadores en el país” traza una comparación con lo que ocurre en la villa 31 y lo que pasó en las favelas de Brasil y los barrios bajo de México, y destaca la oportunidad que tiene la ciudad de Buenos Aires en no caer en los mismos errores de esos dos países. ¿Será posible?
El barrio Padre Carlos Mugica o Barrio 31, como fue renombrada la villa 31, es uno de los asentamientos informales más grandes e importantes de toda la Argentina. En un espacio de 72 hectáreas de terrenos ferroviarios que pertenecen al Estado nacional viven más de 40.000 personas en 12.000 viviendas. Está ubicado en una posición estratégica para la ciudad y cerca de los barrios de mayor poder adquisitivo como Recoleta, Barrio Norte o Puerto Madero, pero se encontraba aislado por las históricas políticas de exclusión y erradicación que prevalecieron por más de 90 años.
Un “enfoque holístico”, como lo califican en el Gobierno de la ciudad, permitió cambiar esa lógica. El abordaje integral en infraestructura, vivienda, servicios públicos, espacios públicos, transporte, movilidad, educación, salud, desarrollo emprendedor y economía popular terminó consolidándose como un modelo que impactó en los más de 40.000 habitantes del barrio. A la 31 le siguieron otras intervenciones en asentamientos con diferentes características, pero las mismas necesidades. Los barrios 20, Rodrigo Bueno y Playón de Chacarita viven procesos similares y el próximo gran objetivo es desafiante: provocar el cambio definitivo en la villa 1-11-14 de Flores.
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