LA NACIÓN: “Oficinas Vacías en Microcentro: como resucitarlo”
El sol de febrero pega de lleno sobre Diagonal Norte y parece imposible que hace un año nomás esta misma arteria era un hormiguero de gente, de miles de oficinistas aflorando de los edificios para ir a almorzar, o al banco, o a la farmacia, o a comprar un regalo, o a una boca de subte en caso de poder volver a casa temprano.
Pero ahora -qué novedad- el corazón de la ciudad es una suerte de desierto de veredas semivacías, torres solitarias, bares agonizantes y locales cerrados. Porque en otros barrios porteños podrá haber regresado, barbijo mediante, cierta apariencia de normalidad pre pandemia. Mas no en el centro.
Lo que en el mercado inmobiliario se conoce como “CBD” (por Central Business District, que incluye tanto el microcentro propiamente dicho como Catalinas, Plaza Roma, Retiro, Puerto Madero, 9 de Julio y el Centro Sur) se proyecta en estos tiempos enrarecidos como una tremenda incógnita.
Y es que aun con el horizonte de una situación sanitaria normalizada es difícil encontrar a quien no machaque con aquello de que “el home office llegó para quedarse”, y que esta reingeniería laboral podría tener para las grandes ciudades un enorme y profundo impacto tanto en términos de movilidad como en los usos del suelo.
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