PÁGINA 12: “El efecto Airbnb: Inquilinos en jaque por los alquileres “turísticos””
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En CABA ya hay 70.000 viviendas en alquiler temporario. Además del turismo, también se usan para esquivar la ley de alquileres. La falta de controles estatales.
El alquiler turístico o “temporario” tomó la plaza porteña, y se expande por el país a un ritmo vertiginoso. Entre septiembre y diciembre de 2022, entre los alquileres ofrecidos en CABA a través de la plataforma Airbnb, el rubro “viviendas completas” –no habitaciones– , aumentó un 20 por ciento. En solo tres meses. Ya en diciembre, de 20.000 avisos publicados, 18.000 son para viviendas completas. Esto eleva el número de alquileres temporarios a 70.000, sumando la ofertas de todas las plataformas. Y achica el margen de viviendas disponibles para alquileres permanentes que en CABA se estima en 530.000 hogares.
Este crecimiento de la oferta turística o temporaria no solo desplaza la oferta de viviendas hacia la nueva modalidad, a expensas de la Ley de alquiler temporario sancionada por la Legislatura porteña en 2019 –muy permisiva con plataformas como Airbnb–, sino que consolida una forma de contratación que es necesario regular desde el Estado. Lo demuestra el avance del sector que horada el precario equilibro conseguido a través de la Ley nacional de aquileres, de 2020. Y lo confirman las asociaciones de inquilinos, de nivel nacional. Denuncian además que la maniobra “deja boyando a cientos de inquilinos permanentes” en las temporadas altas del ciclo turístico.
Hay lugares como Tandil o Sierra de la Ventana donde los inquilinios pasan semanas “en carpas en patios de casas de amigos”. En Villa La Angostura “se pasan días durmiendo en un coche hasta poder retomar un alquiler”, describen. La modalidad liderada por las plataformas enmascara una llana flexibilización del mercado inmobiliario: restringe la oferta de vivienda permanente y fuerza al inquilino a aceptar contrataciones fuera de la Ley nacional 27.551. El objetivo es “generar mayor renta dolarizada”, define Gervasio Muñoz, presidente de Inquilinos Agrupados. Por eso el alquiler turístico crece en CABA, Patagonia, en el centro del país, en ciudades que son destino y tránsito de viajeros. Y las inmobiliarias lo sostienen porque muchas son dueñas de departamentos y “cuanto más corto el contrato más comisiones cobran” afirma.
Para graficar lo complejo del panorama, Muñoz señala que el precio promedio por noche para un alquiler temporario en CABA en septiembre fue de 11.000 pesos, en diciembre fue de 16.500. Un alquiler por mes pasó de 389.000 a 723.000 pesos. “En tres meses la rentabilidad aumentó un 80 por ciento”, detalla. Y el efecto de esta renta desmedida es “un desplazamiento de la vivienda permanente al turismo, generando alza de precios”.