Por la falta de crédito, el sueño de la casa propia sigue siendo una pesadilla. Tejido en MDZ

Por la falta de crédito, el sueño de la casa propia sigue siendo una pesadilla. Tejido en MDZ

El Gobierno de Javier Milei enfrenta un gran desafío en materia de déficit habitacional. Actualmente, en la Ciudad de Buenos Aires solo la mitad de la población es propietaria.

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La ausencia de una política de créditos hipotecarios que permitan dar una respuesta a la crisis habitacional de miles de familias argentinas sigue siendo una de las deudas de los gobiernos. Los datos del último censo lo confirman: 1 de cada 3 hogares carece de una vivienda adecuada.

En los últimos años, con tasas bancarias exorbitantes y opciones estatales muy acotadas o nulas, el problema para el acceso a una vivienda propia se ha convertido en una verdadera utopía para aquellos que buscan una propiedad única, familiar y de ocupación permanente.

Esa escasez pone a Javier Milei ante un escenario desafiante en el ámbito de la vivienda, con múltiples frentes por resolver.

En este sentido, el economista Federico González Rouco considera que “si dentro de 5 años la economía va a ser más estable, las condiciones de vivienda van a mejorar”. Eso, siempre y cuando la estabilidad laboral lo permita: “Si tu sueldo no te permite pagar la primera cuota del crédito no hay mas conversación”, subraya el autor del libro ‘El Sueño de la casa propia. Pasado, presente y futuro del crédito hipotecario en Argentina’ que acaba de publicar la Fundación Tejido Urbano y al que se puede acceder de manera gratuita en este link.

Según el especialista, “el crédito hipotecario en Argentina siempre fue esquivo, por una amplia gama de motivos, pero principalmente podría resumirse en que la visión política preponderante no incluyó al sector financiero como actor relevante de la política habitacional, por un lado, y en que la macroeconomía no dio mucho margen para pensar en largo plazo, por el otro. Estos dos factores son esenciales para que se institucionalice un mercado de crédito hipotecario para vivienda accesible para los hogares, sostenible para quienes deben ofrecerlo y atractivo para inversores que busquen un destino estable y confiable de sus ahorros”.

Rouco destaca 3 momento de crédito hipotecario para la vivienda en Argentina: el primero, entre 1947-1955 donde se duplicó el stock de crédito hipotecario para vivienda como porcentaje del PBI; el segundo, entre 1993-2000 cuando se cuadriplicó; y el tercer período, 2016-2018 cuando se triplicó.

“Lamentablemente, estos periodos terminaron siendo ventanas de oportunidad y no comienzos de una transformación de largo plazo, al menos hasta ahora”, afirma el investigador. Y agrega: “en definitiva, una porción muy baja de los argentinos pudo tener algún grado de decisión sobre cómo y dónde vivir, ya que el financiamiento suele ser ese puente hacia la decisión”, sostiene y remata: “No hay país en el mundo que tenga tan poco crédito hipotecario como en Argentina”.

La necesidad de políticas acordes

Por su parte, el presidente de la Fundación Tejido Urbano, Pablo Roviralta, aporta datos de relevancia sobre la necesidad de impulsar políticas vinculadas a la generación de propuestas que permitan el acceso a una vivienda: “Los datos del último censo de población y vivienda muestran que en 2022 la cantidad de propietarios en Argentina abarcaba el 65% de la población, 10 puntos porcentuales por debajo de 2010 y en línea decreciente desde 1991″.

Actualmente en la Ciudad de Buenos Aires solo la mitad de la población es propietaria. Una de las causas que explicaría este fenómeno es la imposibilidad de pagar una vivienda en el largo plazo. “Se suele decir que Argentina es un país donde las zapatillas se compran en cuotas y los departamentos en efectivo llevando una caja de zapatillas con los dólares”, concluye con ironía Roviralta para graficar la pesadilla que representa para los argentinos el acceso a una casa propia.