Por Matías Araujo
Argentina es una nación en esencia inquilina. Una nación migrante que
en busca de un futuro fue a las ciudades y construyó un hogar en un
lugar que no le era propio. Una nación que tenía como ilusión el
progreso y lo único que le permitía estar cerca de las oportunidades
era el alquiler. Argentina es una nación que se piensa en un lugar
transitorio, incómoda, en la que la escalera hacia el ascenso social es
un eterno andar en el que el alquiler no es más que un símbolo, un
indicador de si es posible o no progresar. Cuando en Argentina faltan
alquileres, faltan oportunidades