THE CONVERSATION: “Respuesta de grandes ciudades al distanciamiento social por COVID-19”
Un 85% de la población afectada por la COVID-19 vive en áreas urbanas. A su vez, más del 80% de la fuerza de trabajo global se ha visto afectado por el confinamiento de una manera total o parcial. Esto nos lleva a fijar la mirada en las ciudades como focos de contagio cuya normalidad post-pandemia debe orquestarse mediante medidas que buscan preservar la llamada distancia social.
En el pasado, la población de las ciudades fue capaz de responder a las pandemias trasladándose a la periferia, pero recientemente muchas de nuestras ciudades han rehabilitado los cascos históricos, los downtowns, para convertirse en zonas atractivas para vivir, salir, trabajar, en un paradigma urbano que ha hecho que el factor aglomeración, al ahorrar recursos de infraestructura, y favorecer los intercambios sociales, se haya convertido en un modelo deseable, al combinar la esencia de lo urbano y la interacción con la eficiencia de recursos.
Sin embargo, con la COVID-19, todo esto ha quedado cuestionado.
¿Son las ciudades, tal y como las conocíamos, seguras y saludables para vivir?
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