¿Realmente es un cisne negro?

Nociones Corales
6 julio, 2020

Por Silvia Tenazinha para la Fundación Tejido Urbano

"Durante muchas décadas, nos hemos dedicado a construir la escenografía necesaria para que la pandemia actual se desarrollara con total desenvoltura.”

Los comedores solidarios son un ejemplo de la generosidad y solidaridad que debería ser más común en el país.

Por Silvia Tenazinha¹

Nassim Nicholas Taleb se refiere con la expresión “cisne negro” a todos los descubrimientos científicos, hechos históricos y logros artísticos totalmente inesperados e impredecibles.

Taleb describe que un cisne negro debería contener al menos los tres atributos siguientes:

  • Ser un caso atípico, que no exista en el pasado algún elemento que pueda prever su existencia.
  • Que tenga un impacto extremo.
  • Que su condición intrínseca de rareza lleve a la naturaleza humana a intentar explicaciones de su presencia, después de ocurrido (retrospectivas).

Taleb describe como cisnes negros a la aparición de Internet, a los atentados a las Torres Gemelas, a la Primera Guerra Mundial, y también a la burbuja de las punto com, entre otros.

¿Podríamos decir que en Argentina esta pandemia es un cisne negro? Creo que no. Durante muchas décadas, nos hemos dedicado a construir la escenografía necesaria para que la pandemia actual se desarrollara con total desenvoltura.

Descuidamos el entramado social, tan necesario para un modelo equilibrado de justicia social.

Descuidamos la educación, base necesaria e indispensable para el desarrollo sano y maduro de nuestro país.

Descuidamos la matriz productiva de Argentina. Somos un país con una naturaleza tan rica y variada que necesitaríamos crear un plan de destrucción muy inteligente, muy minucioso, para no poder crecer; logramos hacerlo sin plan.

Descuidamos a nuestros mayores, sin valorar su experiencia, sus valores, su tenacidad sin límite.

Esta pandemia también nos trajo un nuevo tipo de discriminación. Una discriminación no basada en el status social, o en el color de piel, en la nacionalidad o en el oficio. Un nuevo tipo de discriminación: infectado o no infectado. Una nueva discriminación que arrancó por la clase alta (los que pueden viajar), y ahora está ensañada con la clase baja (los que viven “amontonados”).

Esta pandemia podría ser un cisne negro solo para los desprevenidos o los indiferentes que no “viven” su vida, sino que “sobreviven” esperando siempre llegar más alto, más lejos, ser más exitosos, más ricos, sin entender que lo importante no es la meta sino el camino; que la vida solo se trata de disfrutar y aprender durante este camino, y de vivir cada instante con el mayor agradecimiento posible, donde el otro sea importante, y el “dar” sea mas valorado que el “recibir”.

Creo que esta pandemia podría ser nuestro cisne negro si pudiésemos hacer retrospectiva y volver a nuestra esencia, si este cisne negro hiciese que valiera la pena tanto sufrimiento, tanto dolor.

Si pudiéramos construir miles, millones de historias mínimas de colaboración, de generosidad, de vuelta a los valores básicos, de aprendizaje; si de una vez por todas dejamos de lado nuestras agendas personales, nuestro egoísmo social, nuestra ceguera institucional, y armamos una articulación público-privada sin nombres propios, sin partidos políticos, sin grandes apellidos, nuestro cisne negro podría convertirse en nuestro punto de inflexión histórico.

Un plan que no se acabe en los cuatro años del Gobierno de turno.

Un plan de largo aliento, que se base en la educación, en la equidad social (en serio) como segundo pilar, y en la cultura del trabajo y no en el asistencialismo proselitista.

Un plan que utilice nuestro talento basado en la innovación, en la resiliencia, en nuestros infinitos recursos naturales, en nuestros trabajadores, en nuestros maestros, en nuestros científicos, en nuestros recursos naturales, en nuestra matriz productiva.

Nuestro cisne negro-pandemia podría insertarnos en el mundo, para volver orgullosamente a proveer alimentos a otros países, a que tengamos el mejor sistema de salud, las mejores universidades, la mejor calidad de vida.

Los que amamos irracionalmente a nuestro país no nos resignamos a seguir cayendo. Queremos que este cisne negro valga la pena.

El descuido del entramado social ha generado una inequidad que se ha visto agravada por la pandemia.
¹ Licenciada en Informática. Especialista en Procesos de Transformación. Mamá de Belén, Gonzalo e Iñaki.
Fotografías: ANRed, CC by 4.0, https://www.anred.org/2020/04/01/radiografia-de-comedores-se-complejiza-la-situacion-en-los-barrios-populares/: y Darío Alpern, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=19850069