Cuarentena en un hotel-pensión

Nociones Corales
12 junio, 2020

Por María de la Paz Toscani para la Fundación Tejido Urbano

"La pandemia pone en evidencia la enorme desigualdad que hay para el acceso a una vivienda adecuada dentro de la ciudad de Buenos Aires, así como también la importancia que tiene la vivienda y su entorno en nuestra salud."

En un hotel-pensión en Buenos Aires viven familias enteras. alquilando piezas diminutas en condiciones deplorables y a merced de la voluntad del encargado que lo gestiona.

Por María de la Paz Toscani¹

Imagínense en una pieza de 2×2, las paredes con un poco de humedad, sin ventanas para ventilar, salvo la puerta. Sumen a esa pieza las personas de su grupo conviviente (si tienen) con sus camas, e imaginen que en ese espacio pudieron ingeniárselas para agregar una mesa. Ahora piensen más allá de esas cuatro paredes y sumen más piezas conectadas por un pasillo. En cada una de ellas una realidad diferente; algunas son personas solas, otras mayores de edad, otras son familias con 3, 4, 5 hijos, algunas poseen discapacidad o problemas de salud crónicos. Dependiendo del lugar, podría tener 10, 15, 30 piezas. Pueden sumar uno o dos baños de uso compartido (aunque alguna pieza, de las más caras, podría tener baño privado) y también una cocina compartida. ¿Heladera? Difícilmente encuentren. Piensen cómo sería su forma de vida ahí adentro. Imaginen un encargado que se ocupa de establecer las reglas, los horarios de uso de los espacios comunes, las horas de salida y entrada y, tal vez, de la limpieza del lugar. Supongan que pagan entre $ 8.000 y $ 10.000 mensuales por el alquiler (con aumento semestral), y que no hay contrato que garantice el valor ni el tiempo de permanencia. Imaginen la incertidumbre constante de saber que en cualquier momento se pueden quedar en la calle. La mayoría de quienes viven en un hotel ya sufrieron un desalojo o presenciaron cómo desalojaban a algún vecino, y también saben que siempre la amenaza está, porque en los hoteles no hay ley que se cumpla; todo depende de lo que disponga su dueño, a partir de las amenazas de “si no te gusta, te vas a la calle”.

Si continuaron hasta aquí con el relato, lograron reconstruir, en mayor o menor medida, lo que es un hotel-pensión. Estos lugares son parte del hábitat popular de la ciudad de Buenos Aires desde 1959; son similares a los conventillos e inquilinatos, pero encubren bajo la ley hotelera una relación de locación entre dueños e inquilinos. Vivir en una pieza es una opción para quienes poseen empleos informales o precarios y no acceden a otro lugar dentro de la ciudad porque los requisitos del mercado formal de alquileres son cada vez más excluyentes. Algunos llegan a vivir allí a partir de obtener un subsidio habitacional que brinda el gobierno de la ciudad. Según cifras oficiales, el 3,2% de las viviendas habitadas de la ciudad son piezas en hotel, pensión, inquilinato o conventillo (en las Comunas 3 y 1 este porcentaje asciende al 11,9% y 11,4%, respectivamente)²,  quienes viven allí representan el 10% de los inquilinos de la ciudad y el 30% de los hogares con hacinamiento crítico³.

La pandemia pone en evidencia la enorme desigualdad que hay para el acceso a una vivienda adecuada dentro de la ciudad de Buenos Aires, así como también la importancia que tiene la vivienda y su entorno en nuestra salud. En esta cuarentena, garantizar el distanciamiento social y las medidas de prevención se torna casi imposible dentro de los inmuebles de alquiler de piezas. El hacinamiento habitual y la dificultad de compartir los espacios comunes (cocina y baño) se agrava a partir de la medida de “quedarse en casa” (en sus casos, sus piezas). Los niños y adolescentes ya no tienen su jornada escolar y deben ingeniárselas para jugar en silencio y evitar conflictos con los otros inquilinos. Asimismo, la dificultad de pago de las piezas con la caída del ingreso en los hogares aumenta, y con ello se intensifican las amenazas de sus dueños: “te quedás, pero ni bien termina esto me pagas todo junto o te vas”. Las organizaciones sociales son el primer sostén para muchos de estos inquilinos. Acompañan brindando alimentos, dando una mano para que puedan anotarse en el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia que otorga el gobierno nacional a sectores vulnerables), porque muchos no tienen acceso a internet o conocimiento tecnológico para hacerlo. A medida que avanza la cuarentena las demandas de comida se duplican, y los integrantes de las organizaciones están colapsados de trabajo y a veces no cuentan con los insumos necesarios para garantizar las medidas de cuidado. Esto mismo se puede ver en los centros de salud comunitarios, que son el primer eslabón de la cadena de atención.

Ya se reportaron casos de COVID-19 positivo en hoteles y en conventillos. Ello expone la situación de vulneración en que se encuentran estos inquilinos y a su vez la facilidad con la que se propaga el virus entre ellos dadas las condiciones habitacionales en las que se encuentran. Es necesario y urgente contar con un protocolo de acción específico para dar respuestas a las particularidades de estos inmuebles de piezas en alquiler y las necesidades socioeconómicas y sanitarias de sus inquilinos.

Una madre juega con su hija en su pieza del hotel-pensión donde viven
¹ Lic. en Trabajo Social y Dra. en Ciencias Sociales (UBA). Becaria post-doctoral del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR-CONICET). Ganadora del premio BAP, organizado por la Fundación Tejido Urbano, con su investigación “Los Hoteles Pensión: Procesos organizativos de sus habitantes y problemática de vivienda y desalojos en Constitución entre los años 2007 y 2018”.
² Encuesta Anual de Hogares de Buenos Aires, 2018
³ Consejo Económico y Social (2015) La ciudad de Buenos Aires inquilinizada. Un análisis acerca del mercado formal e informal de alquiler como estrategia de acceso a la vivienda en la CABA. Ed. Comisión de Vivienda
Fotografías: María de la Paz Toscani; y Voces en el Fénix, https://www.vocesenelfenix.com/content/hoteles-pensi%C3%B3n-en-la-ciudad-de-buenos-aires-o-el-alto-costo-del-derecho-la-ciudad-para-los-