Finalmente se dio cuenta

Nociones Corales
31 agosto, 2020

Por Antonio Rodríguez Ribas para la Fundación Tejido Urbano

“Para Esteban el futuro es tan incierto y dudoso que hace que le escape y trate de no pensar en él. Poco a poco se está dando cuenta de que mirar hacia adelante y ver el final de todo esto lo asusta. Lo asusta lo desconocido.”

La cuarentena ha creado la necesidad de comunicarse con la familia por videollamadas. Aquí, un “zoompleaños”.

Por J. Antonio Rodríguez Ribas¹

Perdido en sus pensamientos, Esteban transita con calma los días de esta larga cuarentena. Esos pensamientos lo llevan a su infancia, a su juventud, a su adultez. Se da cuenta de que su familia ocupa un lugar importante en ellas. El más importante. No sabe cuándo terminarán estos días de encierro; días en los que no puede ver ni a sus hijos, ni a sus nietos, ni a sus amigos.

Cuando lo sorprendió esta cuarentena para la que, al igual que el resto de la humanidad, no estaba preparado, planificó tranquilo los 15 días que supuestamente iba a durar. Buscó las cajas con fotos viejas que tenía guardadas, ubicó antiguas filmaciones familiares, desempolvó viejos escritos, y se entretuvo ordenando y revisando esos recuerdos. Siempre había querido ordenar todo eso, y esta cuarentena era el momento de hacerlo. No le provoca nostalgia transportarse a esas épocas pasadas. Por el contrario, lo pone feliz revivir aquellos momentos. Y no solo a él.

Esteban compartía esos recuerdos con sus hijos, hermanos y amigos. “Lo bueno de esta época –dice– es que la tecnología nos permite estar cerca de quienes queremos, a pesar de la distancia física que hay entre nosotros”. Y todos, hijos, hermanos, amigos, disfrutaban de esos recuerdos y los ampliaban aportando los suyos, formando grandes memorias comunes.

Pero la cuarentena se va dilatando. Cada 15 días las autoridades corren hacia adelante la línea de llegada. Ya son casi 90 los días de encierro, y vamos por más. Pero a pesar de eso, el ánimo de Esteban se mantiene. Ante esas postergaciones, él se propuso retomar sus antiguos hobbies. Siente que eso le hace muy bien y que conserva su buen ánimo.

Tallar madera con sus viejas gubias, cepillar y lustrar muebles, podar las plantas de su jardín o rasquetear y pintar viejas lámparas mantienen su mente ocupada y divertida. Los encuentros vía Zoom con familiares y amigos le dan una cuota de afecto que él necesita y, además, siente que este es recíproco. Sentir eso le hace muy bien.

A pesar de estar en el grupo de riesgo por tener más de 65 años, esa realidad cronológica no lo afecta. Tiene muy claro que ya empieza a ver el backing del reel de su vida. Es consciente de que la línea sigue saliendo, y de que el reel de la caña de pescar se va vaciando. Y mientras eso pasa, él tiene que permanecer encerrado sin poder hacer sus salidas ni sus acostumbrados viajes. Pero eso no afecta su estado de ánimo. Por el contrario, él siente que retomando sus trabajos manuales, tratando de recuperar la poca habilidad que alguna vez tuvo y que tantas satisfacciones le había dado, va a seguir adelante.

Esteban está casado con María. Ella lo mira trabajar desde su sillón donde teje frente al televisor. Desde ese lugar y con una simple mirada y una sonrisa, acompaña y ayuda a Esteban a hacer bien las cosas y a corregir errores. Las charlas de la pareja se centran en la familia, principalmente en sus hijos y nietos. Los días transcurren plácida y armoniosamente entre ellos. La limpieza de la casa, la cocina, el tejido, las tallas y las viejas fotos son testigos de las charlas que diariamente mantienen sobre la familia y sobre los recuerdos que afloraron durante todos estos días.

Vivir es construir recuerdos futuros. Siguiendo esa idea de Sábato, Esteban siempre trató de construir recuerdos que valgan la pena ser recordados. Eso es lo que hace durante esta cuarentena. Él se dedica a construir recuerdos tallando, reuniéndose vía Zoom con hijos, nietos y amigos, abstrayéndose de la realidad.

Mirar hacia atrás y traer esos recuerdos lo hace feliz. Vivir el presente y disfrutar de los trabajos que hace para ir llevando adelante los días de encierro lo alegra. Lo revitaliza hablar (y “ver”) a sus hijos, nietos y amigos.

Lo que Esteban está notando es que sus pensamientos están fijados principalmente en el ayer. Para Esteban el futuro es tan incierto y dudoso que hace que le escape y trate de no pensar en él. Poco a poco se está dando cuenta de que mirar hacia adelante y ver el final de todo esto lo asusta. Lo asusta lo desconocido. Lo asusta el dudar de la eficacia de las medidas que se están tomando para atravesar esta pandemia. Lo asusta ver tanta gente que realmente la está pasando mal.

Le preocupa muchísimo el futuro. El de su familia, el de sus amigos, el de él y el del país. Por eso no se atreve a mirar hacia delante y proyectar. Lo mira de reojo y no le gusta lo que ve. Por eso opta por ignorarlo. Pero la realidad cada vez es más brutal. Hoy se dio cuenta de que ese futuro que pretende ignorar ya está acá. Esteban ahora mira hacia adelante…

Lo asusta el dudar de la eficacia de las medidas que se están tomando para atravesar esta pandemia. Lo asusta ver tanta gente que realmente la está pasando mal.
¹ Abogado (UBA), MBA (IAE). Marido, padre y abuelo preocupado.
Fotografías: FamilyMinded.com: https://www.familyminded.com/s/zoom-birthday-party-ideas-kids-d5cd45a35b4545f3 y KaosEnLaRed, CC by 4.0, https://kaosenlared.net/argentina-yo-me-vacuno-tu-te-vacunas-ellos-nos-vacunan/.