¿La Rebelión de Atlas?

Nociones Corales
20 julio, 2020

Por José Demicheli para la Fundación Tejido Urbano

“¿Qué es una familia, un barrio, una ciudad, sin un tejido de virtudes que apuntalen y sostengan decisiones duraderas?”

Dentro de la incertidumbre actual nos toca actuar, tratar de construir y aprender.

Por José Demicheli¹

Y un día, el mundo paró…

Miedo, incertidumbre, enojo, reflexión, angustia, ira, euforia. Encierro y rebeldía, impotencia y potencia. Microeconomía y macroeconomía. Mentiras y verdades. Relato e historia.

Acá estamos, sintiendo nuestras emociones, adjetivando el presente, anhelando el pasado libre o amigándonos con nuestra nueva realidad. Nada será igual. Este paso pandémico nos mostró cosas feas de nuestra sociedad o de nosotros mismos, como así también nos conectó con lo más íntimo, con nuestro interior y nuestros seres queridos más próximos.

¿Dejó la angustia lugar a poder disfrutar de las pequeñas cosas? ¿Generó la impotencia de no poder hacer, o de darnos cuenta de que necesitamos mucho menos? Estos días desafían nuestras actitudes. Podemos pensar que la pandemia y la macro marcan nuestro destino, o podemos elegir ser nosotros los que creamos nuestro futuro. De nosotros depende. ¿Servirá este parón para hacer un balance de lo bueno y lo no tan bueno que esta carrera mundial nos mostró?

Preguntas y más preguntas. Dentro de esta incertidumbre nos toca actuar, tratar de construir, aprender. Empecemos con lo que tenemos a mano, sumando a otros nuestra visión, por más chiquita que sea; aportando nuestro tiempo, nuestras fortalezas, para así estar un paso más cerca de nuestro anhelo, de nuestra visión. Y así, con todo lo aprendido, volver a actuar y a aprender, un poquito más.

¿Qué sería de una familia, una cuadra, un barrio, con esa actitud renovada? Y ese barrio, enmarcado en valores compartidos, ¿acaso no sería distinto? Sin duda uniría a los vecinos, que a su vez se ayudarían y complementarían. Siempre juntos seremos más. Y si ese barrio fuese tan contagioso como este virus que acecha, pero de miradas y actitudes positivas, de valores compartidos, pronto contagiaría a otros barrios; porque sabemos cómo funciona el contagio, ¿no? Pero esta vez, conscientes de la oportunidad, no saldríamos de nuestro encierro enmascarados con metas individuales, a cargo de todo, como aquel mitológico titán, sino a cara despejada, esperando contagiar y ser contagiados, para avanzar juntos.

¿Qué somos cada uno, sino poco más que la suma de las decisiones que tomamos a lo largo de la vida? ¿Qué es una familia, un barrio, una ciudad, sin un tejido de virtudes que apuntalen y sostengan decisiones duraderas? Cultivando esa actitud llegará un día en que se derriben los cuentos, los relatos y las historias que nos separan, y logremos tener una sociedad mejor.

Parafraseando a un gran atleta, Kilian Jornet: “Nadie nos dijo que fuéramos, nadie nos dijo que lo intentáramos, nadie nos dijo que sería fácil. Alguien dijo que somos nuestros sueños, que si no soñamos estamos muertos (…). No somos corredores, ni alpinistas, ni esquiadores, ni tan solo deportistas: somos personas. No estamos seguros de conseguirlo, pero estamos convencidos de conquistar la felicidad. ¿Qué buscamos? Quizás vivir…”.

El confinamiento nos ha acercado a los seres queridos más próximos.
¹ Padre de tres hijas, empresario, emprendedor social, profesor, y un corredor de montaña convencido de que la mente las mueve, y de que el futuro, en lugar de predecirlo, lo creamos con nuestros actos.
Fotografías: KaosEnLaRed, CC by 4.0, https://kaosenlared.net/en-argentina-el-covid-sube-y-la-economia-baja/; y GCBA, CC by 2.5, https://www.buenosaires.gob.ar/noticias/como-sera-el-paseo-con-chicos-partir-de-manana.