La vida, un ciclo que se repite

La vida es un proceso desde que abrimos los ojos, y vemos la maravilla de la luz, hasta que se cierran, dejando nuestra historia y nuestro valor agregado. La vida es un ciclo de calidad, de cada uno de los momentos vividos, que nos dieron felicidad. Estos momentos en los que fuimos felices se podrán potenciar si aprendemos y educamos pensando en una cultura para cada uno de los que habitan esta tierra, para cada uno de los pobladores de mi país, de mi región, del lugar, donde quien está a mi lado, quien está a tu lado, sea alguien igual a vos.

Los ciclos de vida suceden desde que el ser humano existe, y a través del tiempo este fue aprendiendo, fue incorporando conocimientos y fue construyendo los procesos generadores de culturas. Hemos leído sobre imperios que nacieron, crecieron, reinaron y ya no existen; sobre dominaciones, colonizaciones, civilizaciones destruidas, genocidios, guerras, etc. Y seguimos leyendo sobre gastos en armamentos, en drogas, en tecnologías para aumentar el consumo, en cómo influir en la población hacia determinados intereses (los de unos pocos), etc. La historia nos muestra la generación de culturas de desigualdad.

Hoy el mundo en que vivimos sigue padeciendo las mismas diferencias. Lo vemos, además, en la falta de necesidades básicas, como el agua, la salud, los alimentos, etc.; sin embargo, parte de nosotros nos preocupamos por el lujo, el nuevo automóvil, el viaje exótico, el consumo desmedido. Somos indiferentes hacia quienes no tienen y llegamos a justificar la pobreza, a justificar la desigualdad, a creer que debido a que la vida de una persona se inició en determinado lugar geográfico, al color de su piel o a su dinero esta será mejor o peor ser humano.

Descuidamos el ambiente, el respeto a la diversidad cultural, la educación, y así llegamos a estos días donde en el proceso llamado vida tenemos un nuevo desafío, la pandemia. Otro error que debemos corregir.

Podemos ver el futuro de distintas maneras –por ejemplo, como hasta ahora lleno de guerras, esclavitud, discriminación, luchas de ricos contra pobres, mirar para otro lado, etcétera-, y encontrar variadas formas de justificarlo.

También podemos hacer proyecciones, estadísticas –por ejemplo, probabilidades de qué porcentaje mejoraremos en la lucha contra el cambio climático, cuánto disminuiremos la pobreza, cuánto mejorará el PBI, cuánto valdrá una moneda, cuál es el crecimiento del mercado de consumo, entre otros–, y en base a esos datos, según intereses, actuar.

Además, podemos seguir mirando para otro lado, seguir basándonos en intereses individuales y encerrarnos en nuestro minúsculo sector, pero creyendo que la globalización nos va a salvar, y seguiremos el ciclo de la vida sin una nueva cultura, sin mejorar algún proceso.

Pero tenemos las capacidades, tenemos la sabiduría, tenemos el conocimiento, tenemos los recursos; solo debemos actuar hacia un futuro de igualdad en la calidad de vida. Estamos en esta época, en este tiempo; disfrutemos pensando y haciendo por el otro, que también nació en este ciclo llamado vida y que no es diferente ni a mí, ni a vos.

La pandemia es algo que está en este proceso que nos toca vivir y nos da la oportunidad de aprender y generar una mejora radical, una innovación. Transformemos el mundo hacia un futuro para que los nuevos seres que hayan recién nacido o que pronto llegarán a abrir sus ojos puedan mirar, dentro de unos años, en el próximo ciclo, hacia esta época y decir: “nuestros padres y nuestros abuelos entendieron y no nos defraudaron”. Que puedan observar la historia y digan de los que ya estamos por finalizar este periodo llamado vida que hicimos una verdadera innovación. En este nuevo proceso cada ser humano tiene un lugar, es mi hermano, es mi amigo, es alguien como yo, es alguien como vos.