La vivienda en estado de alarma

Nociones Corales
21 agosto, 2020

Por La Dinamo Fundació para la Fundación Tejido Urbano

“No es distanciamiento social lo que necesitamos practicar, sino distanciamiento espacial y acercamiento social. Debemos generar redes de apoyo de barrio, relacionarnos con nuestras vecinas, y estar más cerca que nunca, aunque sea sin tocarnos”.

En Barcelona viven un confinamiento diseñado, en buena medida, desde posiciones privilegiadas y con una mirada reduccionista de las formas de vivir y convivir.

Por La Dinamo Fundació¹

Las situaciones de emergencia como la que estamos viviendo no nos igualan, sino que ponen todavía más de relieve las desigualdades de nuestra sociedad. Ni todo el mundo está igual de expuesto al virus, ni recibirá la misma atención, ni tiene las mismas capacidades para hacer frente al confinamiento. En esta situación, el precario sistema de acceso a la vivienda que padecemos toma aún más importancia.

Empezando por las personas más desprotegidas, sin techo, que al inicio del confinamiento han sufrido el cierre de comedores o la paralización de servicios básicos. Siguiendo por un Estado que de entrada ha mimado la propiedad privada y ha olvidado a las inquilinas, decretando suspensiones de pagos de hipotecas por delante de los alquileres. Y, obviamente, no es lo mismo confinarse con pareja e hijo en un piso de 30 m² sin balcón que en un chalet con jardín. Mientras que las habitantes de ciudades del cinturón metropolitano de Barcelona como Santa Coloma de Gramenet, L’Hospitalet, Cornellà de Llobregat y Sant Adrià del Besòs viven con 27 m² de media por persona, los municipios acomodados alrededor de Madrid tienen más del doble².

Vivimos un confinamiento diseñado, en buena medida, desde posiciones privilegiadas y con una mirada reduccionista de las formas de vivir y convivir. A medida que las científicas van conociendo mejor el virus nos van indicando qué hacer para evitar contagios. Pero las medidas que se toman son políticas, y es el Estado quien decide que sigan abiertas actividades productivas no imprescindibles³ mientras no permitía a las vecinas encontrarse o ni siquiera utilizar las azoteas comunitarias, llegando al extremo de amonestar personas que conviven juntas por hacer uso de sus propios espacios4. La prioridad debe ser la salud, pero parece que ciertos sectores económicos tienen preferencia sobre otros aspectos de la vida también relacionados con la salud (mental y física)5.

En este sentido, surgen iniciativas como el Plan de Choque Social6, presentado por varias entidades sociales, que incorpora diez medidas urgentes a adoptar para combatir la situación de emergencia. Estas incluyen la suspensión al pago del alquiler o el establecimiento de medidas para garantizar ingresos mínimos a los hogares, a fin de paliar la situación de precariedad que se abre día a día, así como también la defensa de una renta básica garantizada.

Estos días hemos podido ver cómo miles de personas salían en los balcones a darse ánimos y compartir angustias, o simplemente a distraerse. Que llamaban a sus vecinas del bloque por primera vez, para preguntarles si necesitaban algo. O que se organizaban para pedir a la propiedad no pagar el alquiler o una rebaja durante el confinamiento. En definitiva, que hacían pequeños pasos, sin saberlo, para transformar sus escaleras de vecinas en pequeñas comunidades, más conectadas y solidarias. ¿Nos podríamos imaginar estas prácticas excepcionales como parte de la cotidianidad?

En la situación de aislamiento en que nos hemos visto forzadas a vivir, corroboramos que la vivienda cooperativa se convierte en una práctica de comunidad y autoorganización capaz de afrontar con mayor resiliencia y apoyo mutuo situaciones extremas, gracias a prácticas de acompañamiento, cuidado y solidaridad hacia las personas más vulnerables y entre el conjunto de las habitantes.

También es una práctica de comunidad y autoorganización desde un punto de vista económico, donde los fondos de solidaridad de la cooperativa permiten hacer frente a las dificultades puntuales de ingresos que puedan tener sus socias fruto de la inestabilidad laboral. Disponer de la propiedad colectiva y de un plan económico propio nos capacita para poner las necesidades de las personas socias en el centro.

No debemos olvidar que la actual pandemia se enmarca en un contexto de emergencia climática global, donde justamente las viviendas suponen una tercera parte del consumo de energía del Estado. Necesitamos desarrollar nuevas maneras de habitar más colectivas y sostenibles, que nos permitan caminar hacia el objetivo de transición ecológica y de una sociedad descarbonizada en un futuro próximo.

No es distanciamiento social lo que necesitamos practicar, sino distanciamiento espacial y acercamiento social7. Debemos generar redes de apoyo de barrio8, relacionarnos con nuestras vecinas, y estar más cerca que nunca, aunque sea sin tocarnos.

Aprovechemos esta situación para repensar nuevos modelos alternativos de acceso a la vivienda más comunitarios, asequibles y saludables.

Las calles vacías del centro de Barcelona mientras la gente estaba confinada.
¹ La Dinamo es una fundación catalana que nace con el objetivo de fomentar, promover y normalizar la implantación del modelo de vivienda cooperativa en cesión de uso como una alternativa a los modelos convencionales de acceso a la vivienda.
² https://www.eldiario.es/economia/Espana-encerrada-viviendas-poblacion-alarma_0_1007900107.html
³ https://www.rtve.es/noticias/20200323/varias-comunidades-piden-cese-toda-actividad-economica-pero-gobierno-descarta/2010589.shtml
4https://www.eldiario.es/sociedad/Hacer-footing-urbanizacion-molesta-fincas_0_1006849367.html
5 https://elpais.com/sociedad/2020-03-24/los-politicos-estan-locos-no-saben-lo-que-es-ser-nino-y-estar-encerrado.html?ssm=TW_CC
6 https://sindicatdellogateres.org/pla-de-xoc-davant-la-crisis-del-covid-19/
7 https://twitter.com/BrentToderian/status/1241569035642376193
8 https://sites.google.com/view/apmc19
Fotografías: Ajuntament de Barcelona, CC by 2.0, https://www.flickr.com/photos/barcelona_cat/49756098978/in/album-72157713818902807/; y Dominio Público.