Poner en Valor el Pasado

Nociones Corales
15 julio, 2020

Por Tristán Rodríguez Loredo para la Fundación Tejido Urbano

“Es hora de las preguntas, los planteos y las inquietudes, antes que de dar respuestas terminantes con ropaje de futurología.”

El uso del transporte público cayó radicalmente durante la pandemia, un cambio que tendrá efectos a futuro a los que nos tendremos que adaptar.

Por Tristán Rodríguez Loredo¹

El otoño es una estación que para muchos habitantes de Buenos Aires pasará a ser la del confinamiento involuntario; la de un brusco cambio de hábitos que, por convicción ciudadana, por miedo o por simple obediencia cívica, desde un primer momento alteró el dinamismo de esta gran ciudad.

Buenos Aires es la capital argentina junto a un vasto encadenamiento de municipios y localidades que se fueron constituyendo a lo largo de un siglo y medio en el denominado conurbano bonaerense. Un lugar en el que gobiernan todos y no gobierna nadie. Un ámbito pleno de contrastes y desigualdades, frente a cuyo avance nos adormecimos en la historia reciente. Tomamos como una normalidad la degradación de las condiciones de vida de buena parte de los casi 17 millones de habitantes del área metropolitana (la Ciudad Autónoma más los municipios del conurbano). Se calcula que el índice de pobreza, que trepó al 35% de la población en todo el país, tiene su epicentro en las grandes zonas urbanas: se estima en un 40%, pero la pandemia lo hará trepar aún más para la medición de este fin de junio. En la búsqueda de explicaciones para esta amarga tendencia a lo largo de casi medio siglo, las condiciones de empleo están en el primer lugar. La precariedad, la casi nula creación de fuentes de trabajo en el sector privado formal y el crecimiento del sector público provincial y municipal como red de contención fueron acentuándose durante estos años, y alimentando el círculo vicioso de la pobreza.

Estos claroscuros y fallas estructurales quedaron aún más visibles con la irrupción de la emergencia sanitaria; nada sorpresivo para un estado de cosas en el que convergieron varios factores distorsivos. El primero fue el golpe letal del aislamiento sobre el mercado informal del trabajo, en el que se encuentran casi la tercera parte de los trabajadores. Algunos cuentapropistas (registrados o no) vieron que se cortó de un día para otro su propio flujo de producción, y otros jornaleros no pudieron trasladarse a sus lugares de trabajo. Las medidas de contención que todos los Gobiernos del mundo dispusieron para esta situación no alcanzan, obviamente, a compensar totalmente los efectos de la crisis.

Otra parte de la población activa cambió radicalmente el desarrollo de sus actividades. En las grandes empresas de servicios, especialmente, se oficializó el teletrabajo en todas sus formas. Sin planificación ni una legislación adecuada (¡la Ley de Contrato de Trabajo es de 1974!), pero, como pasó otras veces en las repetidas crisis nacionales, de un día para otro y sin espacio para la duda. También la adaptación puso a prueba el espíritu de resiliencia del sistema productivo argentino y fue desarrollando nuevos formatos, más estudiados, y agregando soluciones a los problemas. Lo viví en primera persona: como periodista, la moderna redacción en Barracas, en el sur industrial de la ciudad, hoy luce casi vacía, pero la demanda por los servicios de información casi se triplicó durante la emergencia sanitaria; la respuesta a esta encrucijada fue haber convertido cada casa en un nodo de la red virtual de nuestro sistema de trabajo. También lo pude comprobar como docente universitario: con paciencia, creatividad y un esfuerzo adicional, pudimos desarrollar las clases y terminar el semestre, haciendo de las plataformas educativas un aliado para poder recobrar, en parte, esta normalidad. ¡Misión cumplida!

Este tipo de circunstancias, que se va repitiendo en muchos sectores, también alimentará una reflexión acerca de la forma en la que trabajamos, socializamos y, por lo tanto, le damos sentido a la vida urbana. Durante los tres primeros meses de la pandemia, en Buenos Aires los trenes suburbanos solo alcanzaron el 15% de su capacidad de transporte. El tráfico solamente llegó a la mitad del habitual, y la clausura de los grandes centros comerciales también cambió el flujo normal, librando a las calles del karma de los embotellamientos y agilizando el tránsito en toda la ciudad.

¿Qué pasará, entonces, con este factor, si las formas de trabajo cambian en la pospandemia? La aceleración de varios cambios sociales que se preveían para mucho más adelante obliga a un replanteo antes que la realidad lo haga por sí misma, como en la extensión anárquica del conurbano. Habiendo probado sus bondades, y dando algunas respuestas a las dificultades que originó el súbito cambio del paradigma presencial, es lógico que se reconfiguren más temprano que tarde. Es hora de las preguntas, los planteos y las inquietudes, antes que de dar respuestas terminantes con ropaje de futurología. ¿Volverá la educación a centralizarse en docentes “dictando” clase, o habrá sistemas virtuales mixtos? ¿La red de transporte estará demandada por empleados de servicios que pueden trabajar desde otros sitios? ¿Habrá una valoración diferente de las prestaciones de la vivienda, la conectividad y la seguridad en espacios convertidos en home office? ¿Impondrá la prevención sanitaria nuevas formas de vincularse con otros, entretenerse, trasladarse y trabajar?

Todo este planteo nos aleja, nuevamente, de la relativa comodidad que produce la seguridad de lo que ya conocemos, que cambiará inexorablemente. A la vez, nos anima a poner en valor las viejas estructuras sociales, recreándolas tal como los urbanistas hicieron con las abandonadas instalaciones industriales que se reciclaron en las grandes ciudades y resignificaron, una vez más, la capacidad del ser humano para la adaptación permanente.

¿Volverá la educación a centralizarse en docentes “dictando” clase, o habrá sistemas virtuales mixtos?
¹ Economista y sociólogo de formación, periodista de oficio y deformación profesional. Caminante de la vida y observador compulsivo de la interacción humana. Ejerzo como editor y docente la sustentabilidad vital.
Fotografías: Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, CC by 4.0, https://www.gba.gob.ar/transporte/noticias/nuevos_protocolos_para_el_transporte_p%C3%BAblico_bonaerense; y Diario Mendoza, https://diariomendoza.net/mendoza/27876-atencion-chicos-siguen-las-evaluaciones-y-los-promedios-no-se-cierran-hasta-el-regreso-a-la-escuela