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Nociones Corales
2 septiembre, 2020

Por Guillermo Pacheco para la Fundación Tejido Urbano

“Acá fue necesario el pulso de cada intendente para ver su agenda, tender una mano y llegar a su gente atendiendo un cuestionario muchas veces sin respuestas, con una convicción clara en el alma solitaria de quien decide: 'pase lo que pase, el responsable soy yo'.”

Así organizamos la ayuda, la responsabilidad comunitaria, la representación de los espacios en la toma de decisiones, la recuperación de la economía social.

Por Guillermo Pacheco¹

La declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud causó un impacto sobre los gobiernos del mundo, mientras el gigante asiático colapsaba sanitariamente y Europa veía cómo ella misma se contaminaba todos los días un poco.

Aunque nuestro costado adolescente y rebelde lo siga pensando así, no hay para las personas muchas cosas más importantes que la seguridad. De hecho, algunos líderes del mundo se rebelaron contra la idea y pagaron con las lágrimas de su pueblo.

Acá cerramos todo; a un paso del toque de queda y del estado de sitio se generó una nueva categoría jurídica de confinamiento, el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO).

Esto, que fue fundamental para llegar con “oxígeno” al sistema de salud, corrió el eje organizacional de cada sistema público por igual en las grandes capitales del país; acá, en nuestra lejana pampa chica a 500 kilómetros del AMBA, con una actividad agropecuaria en plena cosecha y 8000 almas desorientadas, nos pegó un sacudón importante, porque había una rueda grande que seguía girando y otra de igual tamaño a la que se le exigía parar.

Se quebró el sistema presupuestario y llegaron las ayudas, préstamos que quizás no sea necesario devolver, y así un sinnúmero de medidas sobre la sólida base del “vamos viendo”.

Acá fue necesario el pulso de cada intendente para ver su agenda, tender una mano y llegar a su gente atendiendo un cuestionario muchas veces sin respuestas, con una convicción clara en el alma solitaria de quien decide: “pase lo que pase, el responsable soy yo”.

Así organizamos la ayuda, la responsabilidad comunitaria, la representación de los espacios en la toma de decisiones, la recuperación de la economía social y una pelea que no es fácil aún: amigarnos con el presente y pensar hacia adelante, porque sí, esto también pasará.

Por aquello de que no hay muchas cosas más importantes que la seguridad abastecimos el sistema de salud, ordenamos y fortalecimos nuestros ingresos, y nos gustaría practicar más, para llegar a tener la íntima convicción de sentirnos preparados para lo que pueda pasar, mientras recibimos a diario noticias acerca de que, a pesar de haberlas construido, las redes fallan.

Situados en un mar de incertidumbres, podemos decir como pueblo que hemos resignificado la agenda pública, que hay un lugar para cada cosa, y que cada cosa está más o menos en su lugar.

Como posdata: la frase de los abuelos que dice “el que guarda siempre tiene”. Lo que hoy es posible se hizo posible porque contábamos con las bases para ser resilientes y reorganizar los recursos que poseíamos.

Situados en un mar de incertidumbres, podemos decir como pueblo que hemos resignificado la agenda pública, que hay un lugar para cada cosa, y que cada cosa está más o menos en su lugar.
¹ Intendente de Pellegrini, Pcia. de Buenos Aires
Fotografías: Municipio de Pellegrini, https://www.pellegrini.gov.ar/?q=content/avanza-una-las-obras-mas-importante-para-el-distrito; y Maria Alejandra Fontana – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=28334796.