Sospechas de lo prevalente

Nociones Corales
27 noviembre, 2020

Por Marcelo Lenzi para la Fundación Tejido Urbano

“El planeta pareció descansar y recuperarse en un breve ensayo universal inimaginable, nos trajo un tiempo para entender cuánto tiempo nos lleva vivir apurados, transitando el viaje con mirada de vaca, ¿para qué?”

Detenerse un rato puso en evidencia nueve millones de almas ocultas, marginadas del sistema, descartables.

Por Marcelo Lenzi¹

Ambivalencias sucedidas, incertidumbres desacostumbradas, certezas temibles, agoreros del bien venir, hechiceros de lo inmutable. Todo se amontona, se sopesa, se libera a veces. Se siente entripado, duele, se sueña utopía, se teme inamovible.

Indivisible, sucede en un mientras tanto del continuo al que un desfile de voces de comparsa se adelantó veloz a delinear certezas en tiempos perplejos. ¡Algo hay que decir! Ganar la parada, marcar la cancha. Voraces del tiempo pausado, poco veraces del devenir sin la distancia lograda. Veíamos la peli de lejos y de reojo, llegó en los aviones como antes con las carabelas; pero, como en un viejo vinilo acelerado la canzonetta, se escuchó primero en las coquetas calles para después esconderse vil en las barriadas, y nos desnudó. 

Espiando desde las hendijas de las cavernas propias, la emoción fotocopiada de los balcones europeos se coló entre los pliegues cotidianos. Se aplaudía a los heroicos, se los nombró imprescindibles, y parecía que endeveras, esta vez sí, algo cambiaba. Y nos invitamos a inventarnos, en 2D y sin abrazos, sin mate compartido y oliendo a alcohol rebajado, perfume universal. 

La agenda de la miseria y la desigualdad ganó el subjetivo y la pulseada histórica de la construcción de sentido. Pero la interpelación era previa; ya sucedía en la debacle de modelos con desánimo popular, un hartazgo de acumulación que despertaba el grito sin miedo, contenido. Una violencia silenciosa y estructural depuso la mansedumbre que impostaba los fierros del poder real. Inundaba las calles en la región, habitaba expectativa en opciones venideras. En otros se impuso lo hegemónico y destituyente, con la perplejidad de un deja-vú que retorna impúdico, pero extrañamente tolerado. Todo sedado en un final abierto que el bicho pausó de un solo cachetazo universal.

Duró poco: la transcultural abstracción de lo normal desarmó los héroes reales, y una extraña fauna negacionista y paranoica pobló los espacios que la razón vació. Lo colectivo se volvió conciencia individual, las fronteras físicas se bloquearon. Las de la gnosis se diluyen egoístas, por la radio se cuela la memoria de Benedetti recordando que cumpliría cien años, y la Gata Varela desgrana en tango un ¡No te salves! Mario, ¿un terraplanista más? Se escucha distópica la arenga poética cabalgando en 2 por 4 el aire…

No te quedes inmóvil / al borde del camino / no congeles el júbilo / no quieras con desgana / no te salves ahora / ni nunca / no te salves 

no te llenes de calma / no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo / no dejes caer los párpados pesados como juicios / no te quedes sin labios / no te duermas sin sueño / no te pienses sin sangre / no te juzgues sin tiempo…

Pero sálvate, salvémonos, ¡qué menos! Anormalidades diversas transitan este intervalo, un desafío a la celeridad que nos habitaba todos los días ante lo insoportable de un microsegundo que nos demore. Acostumbrados al vértigo, somos velocistas con expectativas enanas de una normalidad añorada. Detenerse un rato puso en evidencia nueve millones de almas ocultas, marginadas del sistema, descartables. Densidades del amontonamiento en busca del mango perdido arraigan en los barrios del desarraigo, populares. La solidaridad organizada vacunó la angustia de la escasez, el individualismo fatuo desnudó la peor peste, inmutable a la otredad. El planeta pareció descansar y recuperarse en un breve ensayo universal inimaginable, nos trajo un tiempo para entender cuánto tiempo nos lleva vivir apurados, transitando el viaje con mirada de vaca, ¿para qué? Nos interpela en la revelación de una realidad que ya no podrá ser negada, pero intriga si podrá ser soportada, rápidamente olvidada o cobardemente aceptada. Mientras tanto, continúa parafraseando la Gata la letra benedettiana:

…pero si pese a todo no puedes evitarlo / y congelas el júbilo / y quieres con desgana / y te salvas ahora / y te llenas de calma / y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo

y dejas caer los párpados pesados como juicios / y te secas sin labios / y te duermes sin sueño / y te piensas sin sangre / y te juzgas sin tiempo / y te quedas inmóvil al borde del camino / 

y te salvas, entonces /

no te quedes conmigo. ²

No comulgo el credo optimista, no será un mundo distinto. Será el mismo con los pendientes detenidos, los desafíos postergados, los futuros a imaginar. La pregunta correcta es si nos ha transformado. La convicción de un necio optimista preparado para la pulseada derrotista de realidad no pretende transformaciones voluntaristas; basta que anide inquieta en contra-virus la cabeza de aquellos que quieran transformarla.

Y así se avanza. 

No comulgo el credo optimista, no será un mundo distinto. Será el mismo con los pendientes detenidos, los desafíos postergados, los futuros a imaginar.
¹ Arquitecto urbanista especializado en planificación urbana, desarrollo de proyectos urbanos e instrumentos de gestión en ordenamiento territorial. Ha desempeñado cargos en la función pública en la provincia de Buenos Aires como director de Ordenamiento Urbano y Territorial de la Subsecretaría de Urbanismo. Profesor coordinador del Taller Sudamérica de la FADU-UBA.
² Poema “No te salves” de Mario Benedetti, interpretado en versión tanguera por Adriana Varela. En https://www.youtube.com/watch?v=iHwvXN-I3Hg&ab_channel=AdolfoRodr%C3%ADguezGuerrero.
Fotografías: ANRed, CC by 4.0, https://www.anred.org/2020/10/28/kicillof-da-via-libre-al-desalojo-en-guernica/; y https://www.anred.org/2020/10/24/se-esta-duplicando-la-cantidad-de-muertes-en-el-pais-cada-25-30-dias/