Tiempos de Cuarentena

Nociones Corales
17 noviembre, 2020

Por Jorge Bustamante para la Fundación Tejido Urbano

“Advierto que me dejé estar durante 42 años, y que el flujo del tiempo es irreversible.”

La camioneta, liviana, derrapó en una curva hasta darse vuelta en cámara lenta.

Por Jorge Eduardo Bustamante¹

Marzo de 1975, Paso Córdova. Camino de ripio entre San Martín de los Andes y Confluencia; volqué. Solo, en una Ford F100, después de pescar en Junín de los Andes. La camioneta, liviana, derrapó en una curva hasta darse vuelta en cámara lenta. Un matrimonio con dos hijas se detuvo. Me preguntaron, les respondí, me ofrecieron pasar un mensaje, y también fotografiaron el evento.

Marzo de 2020, ciudad de Buenos Aires. En un día de cuarentena descubro la foto y una carta de la esposa, recordando el encuentro y relatando su visión del mismo hecho. Ahora siento un enorme deseo de conversar con ellos. El remitente menciona San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires. Guía telefónica (digital) en mi celular. El apellido Manzino está muy difundido en Monte. Busco a Celia P. de Manzino, pero no figura. Elijo al azar a Guillermo Manzino y llamo. Domingo, tarde soleada de otoño; imagino que en Monte será igual. Atiende una señora, quien no comprende mi relato y llama a su marido para que hable conmigo. Los Manzino de la carta y de mi recuerdo eran sus tíos, ambos fallecidos. Celia, la tía Chela. Las hijas que los acompañaban en 1975 no eran tales, porque no tenían hijos; probablemente eran acampantes que levantaron en el camino.

Advierto que me dejé estar durante 42 años, y que el flujo del tiempo es irreversible. Esta emocionada comprobación es mi forma de pedirles disculpas.

El paisaje en Junín de los Andes, Neuquén, donde sucede esta historia.
¹ Abogado, ensayista, “piloto profesional” y pescador.
Fotografías: Cortesía del autor; y Ariel Vazquez – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=26147693.