Último aviso de hipoteca ambiental

Nociones Corales
13 noviembre, 2020

Por Roberto Busnelli para la Fundación Tejido Urbano

“Percibo a esta pandemia como la última señal que nos da el planeta acerca de la necesidad de actuar sobre las causas que nos han llevado a esta situación de colapso ambiental, social, económico y cultural.”

En el comienzo de nuestro aislamiento sanitario la naturaleza daba cuenta de una asombrosa capacidad de resiliencia, con la reaparición de cardúmenes de peces, ríos limpios, especies invadiendo territorios hasta ese momento ignorados.

Por Roberto Busnelli¹

Transcurridos seis meses de la declaración de la pandemia por parte de la OMS, todavía seguimos conviviendo con una angustiante sensación de incertidumbre, en el ámbito de la salud, fruto de la imposibilidad de encontrarle una lógica al comportamiento del virus en relación a cómo nos afecta como raza y en términos de nuestra conducta y hábitos, gracias a una serie de señales ambiguas que dan cuenta de que, lejos de estar frente a una oportunidad de cambios reales, se vislumbra un escenario global con pocos cambios de fuste.

Esta percepción, sin embargo, contrasta con la brutalidad con que la pandemia ha expuesto y exacerbado el escenario actual en términos del daño ambiental, de la desigualdad e inequidad social y de los riesgos abiertos por las tecnociencias y un orden globalizado que, a la vez que vende logros, convive con la exclusión.

En el comienzo de nuestro aislamiento sanitario la naturaleza daba cuenta de una asombrosa capacidad de resiliencia, con la reaparición de cardúmenes de peces, ríos limpios, especies invadiendo territorios hasta ese momento ignorados; imágenes que nos hacían olvidar prematuramente nuestra responsabilidad frente a la hipoteca ambiental, que todavía cargamos sobre nuestros hombros, y la orientación del proyecto planetario que estamos jugando.

Bajo esta mirada, la pandemia también ha derribado tres mitos que fueron construidos por décadas donde la búsqueda incesante del desarrollo económico fue el motor que justificó incumplir todas las metas del desarrollo sustentable. El primero de ellos, que era imposible detenerse; recuperando la mirada que algunos autores sostienen en cuanto a que se puede vivir en una sociedad de bienestar sin depender del crecimiento económico. El segundo, que los trabajos que han resultado ser esenciales para luchar contra la pandemia son los que menor remuneración tienen, y que el desarrollo económico no es tal en áreas como la salud y la educación, ya que todos los sistemas de salud de los países considerados más desarrollados han demostrado estar lejos de las exigencias, desnudando una alarmante falta de inversión estructural. El tercero, que la economía mundial está en crisis porque la gente solo consume lo que necesita, una paradoja que nos obliga a repensar nuestra construcción cultural como consumidores globales.

Desde nuestra disciplina tampoco debemos dejar pasar esta oportunidad de repensar y poner en crisis algunos paradigmas instalados. En un mundo inequitativo, la técnica y la tecnología siguen siendo hoy un patrimonio desigualmente repartido, por lo que debemos asumir una postura responsable para evitar la imposición del más fuerte a cualquier escala, y propiciar el diálogo y la participación igualitaria con los mismos recursos y posibilidades que fomenten el desarrollo de una conciencia y una actitud sostenible, a fin de que estas activen una nueva agenda para reorientar nuestra práctica.

Este desarrollo es el que debe incorporar una nueva dimensión, de servicio, que desarrolle una nueva actitud, una sensibilidad que visibilice, traduzca y transfiera todos aquellos fenómenos asociados a la transformación del mundo que podamos identificar.

Otro aspecto que es necesario replantear son los consumos e impactos que se producen durante la extracción de materias primas, con su transformación a partir de los procesos industriales; durante la construcción de los edificios, a lo largo de su vida útil; con su utilización, y también al final de esta, con la deconstrucción. Esta complejidad del proceso hace difícil plantear estrategias que son habituales en otros productos de consumo; sin embargo, estos datos resultan ya suficientemente ilustrativos para darnos cuenta de que no podemos seguir por este camino actual y de que debemos iniciar un proceso de cambio de grandes proporciones, en nuestro sector, para poder hablar de sostenibilidad.

Percibo a esta pandemia como la última señal que nos da el planeta acerca de la necesidad de actuar sobre las causas que nos han llevado a esta situación de colapso ambiental, social, económico y cultural. Tomar conciencia de esta oportunidad para recuperar honestamente el discurso de la sostenibilidad sugiere una comprensión más holística de la vida social y ambiental.

La sostenibilidad establece tareas, objetivos y metas, y debe adherir a las más altas normas y estándares éticos y apoyar la equidad social, desde los procesos de planificación y edificación al impacto a largo plazo en el tejido de esa comunidad.

Esta mirada de lo sustentable rechaza el consumo pasivo de la arquitectura y propone nuevas lógicas de análisis a los marcos normativos; estableciendo nuevos criterios y sopesando nuevos estándares, donde la exigencia y los objetivos no solo se definen a partir del estricto cumplimiento de su dimensión técnica sino a la luz de un costo ambiental y social que, como tal, impactará de manera decisiva. Una dimensión ética del desarrollo económico y tecnológico que, a escala global, nos permita comprender y cuestionar la lógica de las reglas por las cuales las sociedades se construyen.

Otro aspecto que es necesario replantear son los consumos e impactos que se producen durante la extracción de materias primas, con su transformación a partir de los procesos industriales.
¹ Arquitecto y doctorando (UBA). Profesor adjunto regular de Arquitectura y vicedirector del Museo de Maquetas FADU UBA. Profesor titular regular IA UNSAM, profesor invitado a la ETSAM (Madrid), Universidad del Istmo (Guatemala), Universidad Torcuato Di Tella, Universidad de Shinshu en Nagano y a la Universidad de Ciencias de Tokio.
Fotografías: Ma3Route: @Ma3Route en Twitter, 18/03/2020 03:50. Recuperado el 13/11/2020. https://twitter.com/Ma3Route/status/1240168781781118976ñ; y ANRed, CC by 4.0, https://www.anred.org/2020/11/11/la-rioja-asamblea-ciudadana-del-sur-de-los-llanos-en-alerta-tras-anuncio-de-plan-megaminero-en-chepes/.