Un Mundo Cansado

Nociones Corales
7 agosto, 2020

Por Norberto Feal para la Fundación Tejido Urbano

“Pero tal vez es en el silencio del 'hombre joven' de Caillebotte donde hallamos la lente más pulida, la que nos permite observar desde la ventana –o desde la pantalla del celular–, en silencio, el esplendor de la ciudad, que finalmente es el esplendor de todas las personas.”

Hombre joven en la ventana, Gustave Caillebotte (1875).

Por Norberto Feal¹

La carta que hubiese impedido la más trágica –y más célebre– historia de amor nunca llegó por miedo a la peste. En el siglo XVI las enfermedades infecciosas arrasaban a Inglaterra. En 1592 se desató en Londres una de las más crueles epidemias de peste bubónica y, entre otras medidas, se cerraron los teatros durante dos años. En esos mismos años, un joven Shakespeare sin trabajo escribe su primera tragedia: Tito Andrónico; también posiblemente haya iniciado la escritura de Romeo y Julieta, aunque fue publicada recién en 1597. Todos sabemos lo que pasó con Romeo y con Julieta. Todos hemos sufrido por ellos. Fray Lorenzo escribe una carta a Romeo explicándole el plan urdido: Julieta, para impedir su boda con Paris, toma un licor que la lleva a un sueño de cuarenta y dos horas. Al despertar se encontraría con Romeo. Pero la carta no llega a la mano a la cual estaba destinada. Quien debiera entregarla, “yendo en busca de un hermano de nuestra orden que se hallaba en esta ciudad visitando los enfermos para que me acompañara, y al dar con él los celadores de la ciudad, por sospechas de que ambos habíamos estado en una casa donde reinaba la peste, sellaron las puertas y no nos dejaron salir”.

En 1875, Gustave Caillebotte pintó su cuadro Hombre joven en la ventana. Un hombre de espaldas al observador vestido de negro. Es verano, la ventana está abierta y los árboles están cubiertos de hojas verdes. Si bien se sabe que el “hombre joven” es su propio hermano René, su identidad no tiene mayor importancia. Es un hombre joven que disfruta de la ciudad que entra por la ventana y llena el cuadro con su luz radiante. Pero ¿qué ciudad mira René? La París de Haussmann. Cuando Napoleón III le encargó a Georges-Eugène H. que modernizara París, París estaba exhausta. Algo más de seis décadas de revoluciones y migraciones habían hecho de la ciudad medieval un abigarrado mundo cansado. Haussmann hizo de la ciudad antigua un escenario nuevo para el goce humano, el cielo del flaneur.

En 1972 Tomás Maldonado publicó en Buenos Aires el libro Ambiente humano e ideología, que incluye un breve capítulo llamado “Desurbanización y Desocialisación” escrito a partir del proyecto de 1960 de Richard Buckminster Fuller para Nueva York, “Dome over Manhattan”. El tono apocalíptico cruza el artículo, y cristaliza perfectamente en el último párrafo: “Pero en tanto que con el Dome over Manhattan el estro tecnológico nos conducía a la aberración ecológica, con el modelo desarrollado para California nos encontramos frente a la aberración sociológica”. La “aberración sociológica” a la que se refiere Maldonado es la respuesta que un equipo de ingenieros de sistemas dio en relación a una convocatoria realizada por el gobernador de California Edmund G. Brown en 1964 bajo el lema: “Hemos decidido poner a prueba la teoría según la cual los ingenieros de sistemas, que pueden hacer girar a los astronautas alrededor de la Tierra en noventa minutos, podrían también lograr que un padre de familia fuera a su trabajo y retornara de él más velozmente, así como disipar el smog para dejarnos ver más claramente el cielo”. Brown remodeló California con dos proyectos revolucionarios: el Agua del Estado que fertilizó amplias áreas desérticas, y la red de universidades low-cost que democratizaron la educación. Convocados los ingenieros a pensar en la ciudad, propusieron, como lo explica Maldonado, “no llevar las oficinas cerca de los empleados, sino la tarea de la oficina a la casa misma de los empleados; se trataría, ni más ni menos, de desmenuzar el trabajo de oficina en tantos lugares de trabajo como viviendas de empleados hubiese. De este modo la casa de cada empleado se transformaría en una oficina a domicilio, en una pequeña unidad laboral perfectamente equipada con dispositivos técnicos de comunicación, cálculo y programación, mediante los cuales el empleado podría cumplir a domicilio todos los trabajos de oficina”. Lo que pensó 1964 salvó trabajos y educaciones en 2020. En el arco que va de la carta de Fray Lorenzo para Romeo a los ingenieros de California pareciera entrar todo: el terror y la promesa, el dolor y los anhelos, la memoria y la imaginación, el apocalipsis y la alegría. Pero tal vez es en el silencio del “hombre joven” de Caillebotte donde hallamos la lente más pulida, la que nos permite observar desde la ventana –o desde la pantalla del celular–, en silencio, el esplendor de la ciudad, que finalmente es el esplendor de todas las personas. Hasta que todo pase.

Romeo se acerca a la tumba de Julieta en Romeo+Juliet, de Baz Luhrmann (1996).
¹ Arquitecto e historiador. Profesor adjunto en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires y profesor titular en la Universidad de Palermo y en la Universidad de Morón. Es director interino del Centro de Investigaciones del Paisaje FADU UBA. Fue Affiliate Research en the School of Architecture, University of Miami, y Visiting Reader en University of Columbia, NYC. Es autor de artículos en medios disciplinares, y autor y partícipe en Antonio Vilar, Maestros de la Arquitectura Argentina (Instituto de Arte Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo” IAA y Clarín ARQ, Buenos Aires, 2015) y Arquitecturas Argentinas con Ladrillo (Bisman Ediciones, Buenos Aires, 2018).
Fotografías: Dominio Público, y 20th Century Fox, fair use for noncommercial purposes.