Villa La Angostura, la resiliencia de un pueblo

Nociones Corales
11 junio, 2020

Por Mercedes Palavecino para la Fundación Tejido Urbano

"Los comerciantes y trabajadores que viven al día están nuevamente sin ingresos, como siempre pasa cuando ocurren eventos que no dependen de nosotros. Somos una comunidad solidaria y con gran capacidad de resiliencia. Esto también pasará.”

La localidad patagónica de Villa La Angostura ha tenido que enfrentar una sucesión de desastres naturales que han afectado la economía y la vida de sus habitantes. En 2011, la explosión del Cordón Caullé bañó en cenizas y piedra pómez la región. La última, la pandemia del COVID-19.

Por Mercedes Palavecino¹

Villa La Angostura, al sur de la provincia de Neuquén, tiene una población estable de 16.000 habitantes. Antes de la creación de los parques nacionales, en 1934, era una colonia agrícola-ganadera; actualmente, su ingreso fundamental se debe al turismo nacional e internacional. “La Suiza sudamericana”, según Exequiel Bustillo.

Un pueblito allá en la Patagonia…”, al decir de la expresidente Cristina Fernández tras el evento del 4 de junio de 2011, en el que la explosión del Cordón Caulle en el país trasandino nos bañó primero con piedra pómez pequeña, luego con arena y posteriormente con cenizas, durante casi diez meses.

Cayeron sobre nosotros 40 centímetros de arena y ceniza volcánica, quedando gris el paisaje. Varios días en penumbras; la nube de cenizas tapó el débil sol de invierno y colapsó los transformadores del Entre Provincial de Energía del Neuquén (EPEN), cuyo cableado nunca fue soterrado. Hubo vecinos que estuvieron 40 días sin energía eléctrica. Los que pudieron compraron equipos generadores, cuyo costo aumentó exponencialmente; las pilas para linternas y las velas fueron un lujo para los que tuvieron posibilidad de conseguirlas.

Nuestro Gobierno municipal supo del evento con anterioridad por las autoridades chilenas, que tienen equipamiento para monitorear los volcanes, y no consideró necesario advertirnos de lo que se venía.

Nos tomó desprevenidos al 99% de la comunidad. Muchos se fueron del pueblo, y rápidamente se acabó el combustible en las estaciones de servicio. Desde el comité de emergencia se sugirió guardar agua, ya que nuestro consumo proviene del lago, y al principio no se sabía la composición química de las cenizas. Las familias que llegaron primero compraron agua embotellada en los supermercados, velas y provisiones. Los que llegaron después encontraron las góndolas vacías.

Las cenizas cubrieron todo a su paso, hasta que Vialidad Nacional despejó las rutas. Era muy difícil circular, parecía un gran médano, y las cenizas, que eran muy corrosivas, alteraban todo lo que fuese eléctrico.

El municipio no contaba con maquinarias en funcionamiento, y a través de la empresa Sapag S.A. el gobernador envió camiones con personal para colaborar. Recibimos ayuda de Provincia, de Nación y de organismos internacionales. No había registro de eventos de esa magnitud en áreas tan pobladas; vinieron a estudiarnos de la ONU.  Nadie sabía la duración que tendría la erupción, y las cenizas cambiaban su composición diariamente. Su evaluación se hacía desde la Universidad Nacional del Comahue. Vino el ejército y convivimos con cien efectivos que se asentaron en la Plaza de los Pioneros. Vecinas solidarias cocinaban para ellos, cada cual dejó lo mejor de sí en estas circunstancias. Mucha gente quedó sin ingresos; se perdió la temporada ese invierno.

Sacar las cenizas que nos habían sepultado nos llevó muchos meses. Gente se fue del pueblo abandonando sus mascotas, que fueron rescatadas por una vecina que abrió una guardería canina en su terreno, y posteriormente se organizaron eventos para colaborar con su mantenimiento.

Al tercer día llovió y la ceniza triplicó su peso, haciendo peligrar los techos de las viviendas más precarias. Arquitectos y empleados de la Dirección de Obras Municipales relevaron los barrios detectando esas problemáticas, y vecinos solidarios sacaron las cenizas de los techos de las personas necesitadas. Parques Nacionales no permitió que las cenizas se arrojaran al lago. Una arquitecta hizo un proyecto para emplearlas en la fabricación de bloques y, a través de una cooperativa, generar trabajo, resolviendo el problema de la vivienda. Desde Provincia se desestimó la iniciativa, y fueron utilizadas para relleno de canteras y luego llevadas a Neuquén.

Ese verano vinieron pocos turistas. La economía se reactivó lentamente, pero un día salió el sol y resurgimos de las cenizas “como el gato Félix”, al decir del expresidente Menem.

El año pasado floreció la caña colihue, como cada 30 años, y generó mucho alimento para roedores, provocando gran reproducción de los mismos. En julio la cantidad de nieve fue superior a otros años y provocó que cediera la pared rocosa de la ruta a la altura de Huemul, a 30 kilómetros de la localidad; quedamos sin acceso terrestre durante 30 días. Los turistas que nos visitaban no pudieron retornar a sus hogares, y los que tenían reservas hechas tuvieron que cancelarlas. Sobrevivimos a esto también.

Desde el 20 de marzo, como todo el país y parte del mundo, nos encontramos atravesando una situación inesperada que vuelve a cortarnos nuestras fuentes de ingresos. Estamos blindados y en nuestros hogares. Nadie puede entrar sin estar 14 días en cuarentena, salvo que sea periodista de TN o del gobierno Nacional o Provincial (ironía).

Gracias a las rápidas medidas de prevención tomadas en la provincia, tuvimos solamente 4 casos de COVID-19 en la localidad –una familia que viajó, se aisló sin contagiar y se recuperó–.

Los comerciantes y trabajadores que viven al día están nuevamente sin ingresos, como siempre pasa cuando ocurren eventos que no dependen de nosotros. Somos una comunidad solidaria y con gran capacidad de resiliencia. Esto también pasará.

En julio de 2019 se derrumbó la pared rocosa aledaña a la Ruta 40. Villa La Angostura quedó sin acceso terrestre por más de treinta días.
¹ Museóloga (ISFDNº8- La Plata), profesora de Historia (UNComahue – CRUB – Bariloche), ex directora (ad honorem) del Museo Histórico Regional de Villa La Angostura. Hoy Jubilada.
Fotografías: Mercedes Palavecino; Diario el Cordillerano, https://www.elcordillerano.com.ar/noticias/2019/10/01/83297-pidieron-rocas-del-derrumbe-en-la-ruta-40-para-rellenar-la-escollera-del-puerto-san-carlos